Los museos virtuales poseen semejanzas, en cuanto a tipología se trate, con los museos reales, y se podrían distribuir según dos extremos básicos. En uno encontramos el otro.
- Museos reales en los que el usuario va caminando por diferentes salas donde puede ver diferentes piezas colocadas en vitrinas acompañadas por sus correspondientes etiquetas. En este tipo de museos tiene su propia correspondencia con los museos virtuales. Aquellos en los que el usuario va seleccionando y pasa páginas en las que puede ver diferentes imágenes sobre algunas de las piezas del museo real. Generalmente, en estos museos el visitante encuentra bases de datos y descripciones exhaustivas sobre las colecciones, podrá observar un mapa sobre las diferentes salas así como podrá conocer los horarios y actividades básicas del museo, es decir, datos relativos al museo.
- Museos reales en los que se pide una máxima actividad por parte del usuario, fomentando la actividad mental y emocional. En ellos, el usuario se siente partícipe de la vida del museo y puede intervenir en él de múltiples maneras. Este tipo de museos reales se traducen en museos virtuales en los que la acción del visitante es esencial. Seguramente, la distribución de la visita del usuario se llevará a cabo por temas de interés.
La variedad en los tipos de museos responde a la propia realidad, así como a los posibles gustos, preferencias, intereses y necesidades de los usuarios. Los más comunes, en este momento, son los que siguen una línea, es decir, más tradicional, basada en la transmisión lineal de la información y con una baja interactividad mental y emocional.
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